Dicen que durante nuestra vida sufriremos varios eventos traumáticos, como la muerte de un ser querido, la pérdida del trabajo, una enfermedad difícil, un divorcio, o alguna otra situación catastrófica.¿Cómo podemos estar preparados para enfrentarnos a ellos?.
“Ante estas
situaciones traumáticas existen
dos opciones: hundirse, quedarse en la zona cómoda, siguiendo haciendo las
cosas bien pero pudiéndolas hacer mucho mejor y la otra opción es entender y aceptar la situación,superándola.
La palabra RESILIENCIA, es una palabra mágica en el mundo del desarrollo personal. Viene de la palabra inglesa
resilince que significa la capacidad
de recuperación de una sustancia u objeto a su forma original (elasticidad).
La resiliencia en las personas sería la
capacidad para adaptarse y superar la adversidad, es una cualidad que se puede
desarrollar. Ésta se aprende en un proceso que requiere tiempo y esfuerzo y que
compromete a las personas a tomar una serie de pasos.
¿Cómo podemos fortalecer nuestra relisiencia?. Nunca es demasiado tarde para desarrollar la
resiliencia aunque lo ideal es trabajarla y adaptarla desde la infancia.
Ser flexible no es un rasgo de personalidad, sino más bien
un proceso de aprendizaje dinámico. El individuo resiliente no percibe los
momentos de crisis como un estado insoluble, sino como una experiencia de
aprendizaje y una oportunidad para el desarrollo personal y el crecimiento.
Algunos consejos para fortalecer nuestra resilencia podrían
ser:
1.
La Aceptación. Es
imprescindible que aceptemos lo que no
puede cambiar. Según el neurólogo y
psiquiatra Viktor Frankl, el que no acepta la realidad sufre el doble. "Si
no se puede cambiar, adaptemos nuestra forma de pensar"
2.
Adaptarnos al cambio.
En este punto, intervienen multitud de procesos neuronales cuyo fin último es
encontrar nuevas vías de resolución positivas.
3.
Tomar decisiones.
Preguntarnos cómo queremos crecer, y actuar
en consecuencia.
Una persona resiliente trabaja a través de los retos
mediante el uso de sus recursos personales, fortalezas y otras capacidades
positivas de capital psicológico como la esperanza, el optimismo y la
auto-eficacia. Superar una crisis por la flexibilidad es a menudo descrito como
"rebote" a un estado normal de funcionamiento. Ser resistente también
se asocia positivamente con la felicidad.
La educación es otro factor importante a tener en cuenta a
la hora de promover la resiliencia, ya que proporciona la estructura y las
oportunidades de los individuos para aprender y desarrollar las habilidades y
talentos. También puede ser estimulada a través de la pertenencia a organizaciones como equipos
o clubes deportivos. Estos entornos permiten a los individuos a desarrollar una
imagen positiva de sí mismos y sentir el propósito de contribuir al mundo. Consiste
en el desarrollo de la “autoconfianza”.
En los estudios de la Psicología Positiva, la “resiliencia”
es un punto muy importante. La actitud de estar constantemente creando
emociones positivas, practicar Mindfulness,
la relación con los demás… nos hará
evitar la depresión y disfrutar más de la vida.
La Psicología Positiva no contempla sólo el estado del
bienestar y la Felicidad. En los malos momentos el saber sentir emociones
positivas nos hace más resilientes.
En estudios científicos realizados por la Doctora
Fredrickson, psicóloga y gran experta en Psicología Positiva,de la Universidad de North Carolina en USA, y basados en personas que sufrieron el ataque terrorista del 11 de septiembre en
Nueva York, confirman que las personas resilientes que ejercitan con emociones
positivas reciben los eventos traumáticos de una forma más relajada y que después de una experiencia traumática, recuperan
el ritmo cardíaco normal de una forma más rápida en comparación con otras
personas con menor grado de resiliencia, las cuales que pueden llegar a bloquearse y a presentar casos de mayor ansiedad.
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